cuaderno 3

En el corte de la película de Lucrecia Martel podemos denotar con claridad la impronta y la personalidad del sonido. Más allá de que acompaña a la situación que se presenta, porque escuchamos las voces de los personajes, el ruido de las copas, incluso los momentos previos a una tormenta, el sonido está a merced del clima que envuelve a las imágenes. Podemos percibir la exageración de los mismos, que además de ayudarnos a comprender la imagen racionalmente, exprimen la tensión de las escenas. Todo el trabajo sonoro parece estar realizado en foley, por la sutileza que se siente, la precisión de los materiales que se estrellan contra el suelo, las sillas moviéndose para buscar el sol. El sonido no suena más de lo tolerable, es como si se aumentara su resolución. Tiene fuerza.

Jorge Haro

En su texto, Haro propone pensar el sonido como un objeto, tener la misma disposición con el sonido que se tiene con el desarrollo visual. Presentar un sonido sólido, que tenga fuerza, que permita crear el clima de una situación, no de una imagen. Sensibilizarnos ante las posibilidades del trabajo sonoro. Incluso Martel en varias entrevistas menciona que parte desde lo sonoro antes de pensar en lo visual, además de que es algo que no premedita tanto antes del rodaje.

Sonido emoción
sonido significante, sonido invisible
acusmática y significados
cualidades sensibles del sonido, como olvidandonos de lo que quiere decir
espacios sonoros

Es como si el sonido propusiera un viaje o un paisaje, me remite a cómo se suceden las situaciones en un sueño, porque aparecen distintas capas de sonidos que no tienen ni el mismo origen ni el mismo tema. Por un lado está la música de jazz intervenida por la interferencia del dispositivo de comunicación de los espías.

¡Que fascinante el aporte del sonido a la escultura! Me encantó la obra de Harry Bertoia.
Es muy interesante la mención que hace el autor sobre la relación del sonido y el espacio arquitectónico, y su devenir poético. La obra de Harry Bertoia lo hace claramente visible y con una sutileza destacable en tanto la composición escultórica y la variedad de sonidos producidos. Y sobre todo destaco como se va formando un clima sonoro, ambiental, una arquitectura invisible sostenida por la vibraciones del roce entre las varillas metálicas. Creo que ahí genera algo casi mágico.
Por otra parte aparece el tacto, otro aspecto de las artes que no siempre es permitido y que generan una interacción del cuerpo con la obra que le otorgan placer. Placer táctil, sonoro y por último, visual.

ARQUITECTURA
Y PAISAJE SONORO

En la obra de Zimoun observamos una gran cantidad de cajas de cartón, un motor del que cuelga un alambre que sostiene una pelotita de algodón. Éstas golpean contra la caja produciendo un ambiente sonoro infinito que nos envuelve. Hay una cierta evocación nostálgica o romántica en relación a la inmensidad, a lo sublime como una potencia que supera nuestros sentidos. Puede referirse a los sonidos de la naturaleza en su vastedad espacial, nuestra pequeñez en relación a su enormidad. Y a su vez, aparece una revalorización de las viejas tecnologías y mecanismos simples, aludiendo como crítica al constante desecho de estos insumos.

El tratamiento del sonido en esta obra es un claro ejemplo de la búsqueda poética que sostiene Haro, más allá de la clasificación musical o visual. La esencia está en el despliegue climático que la obra propone. Un escenario sonoro que tiene múltiples interpretaciones porque genera una relación del cuerpo con el espacio muy íntima y personal.

A través del sonido envolvente, con cierta abstracción en relación a su siginificado concreto, la obra plantea una resignificación de los espacios, el silencio, la contemplación participativa de los espectadores. Es como si la escultura lo recorriera a unx. Hay un alcance supremo a nuestra corporeidad y una propuesta de exploración espacial del sonido.

Hay una integración sonoro-visual que explicita la conceptualización poética que para Haro es más imprescindible que las cualidades independientes como audio o imagen.